lunes, 22 de noviembre de 2010

Me regalaste tu corazón

Te miré a los ojos. A través de ellos reconocí tu miedo y se hizo familiar dentro de mi. Bajó hasta mis pies y me puso la piel de gallina. Supongo que fue el frío de aquella noche estrellada.

Te arrodillaste ante mí… ¡Dios mío! No puedes, no ahora, espera… Pero vaya que había esperado ya tanto.

Temí que mis padres asomaran por la ventana, nos vieran entre flores tan silenciosos. Me dijiste: “Te amo, y quisiera pasar el resto de mis días a tu lado. Esta rosa blanca es para mi mejor amiga en el mundo, y esta rosa roja es para la novia más preciosa de todas, mi princesa…¿Serías mi princesa?… Porfavor…”

Y yo te tomé de la barbilla, me agaché y te di un tierno beso en los labios. Y te dije al oído: “Seré tu princesa hasta el fin de los días, mi caballero de dorada armadura”, mientras tomaba la rosa roja de tus manos. Tú te levantaste y me abrazaste con frenesí, me diste una vuelta, despegando mis pies del suelo y nos besamos tan apasionadamente. Yo me sentí tan feliz como nunca en mi vida, que lloré de la emoción.

Sólo la luna fue testigo de nuestra pasión, que hemos desatado hasta hoy, y el recuerdo de nosotros ha quedado grabado tan presente siempre.

Tú y yo, desde entonces, hemos avanzado a pasos agigantados, pero siempre tan fuertes, siempre tan firmes, siempre sin arrepentirnos.

Te amo y estoy dispuesta a hacerlo por el resto de mis días, hasta que se acaben los días, más no hasta que el sol se apague, porque sin tu luz, estaría yo perdida.

viernes, 15 de octubre de 2010

I take my time to exist.

What if i decided to not exist tomorrow?

Sometimes i really wish i could stop time, and just be myself. Feel each water drop in the shower, get that special flavor in each bite, breathe…

The only time, i take my time, is when i vanish in your kiss. You are my time machine, ‘cause when i’m with you, there’s no pain, there’s no harm, there’s no yelling, there’s no livin, nor dyin. There’s nothing, there’s just you and me, and the world around us is so far, is non-stopping, is damn jelous.

You take me where no one else can. And by your hand i feel, i feel it all. All the hugs, kisses, all the love.

It is through you, that i get to live, i get the no-choice of having to exist tomorrow for you, for me. This is why i stand faerless on my feet.

So, with God as my witness, for he knows we are as one, may i live as long as you make me take my time to exist. Because if time runs without you, i am surely souless & death.

martes, 5 de octubre de 2010

No quiero partir sin ti…

Las luces se apagaron y por fin pude ver tu rostro a través de la ventana, diciéndome diviértete, vive, apresurate, yo estaré aquí esperándote.

Tu sonrisa reflejaba tanto amor, me decía que me extrañabas en ese momento como siempre, y que pronto encontrarías la forma de extrañarme como nunca.

Yo sonreí de vuelta, mi amor. Te dije adiós con la mano y me recargué en el asiento para no volver a mirar atrás.

El reloj digital me miraba de frente, gritando que pronto correrían las horas sin ti. Acusándome de atarlas y hacerlas eternas con mi espera, con mis ansias de comerme el mundo.

Y precisamente me ensimismé en el pensamiento de que puedo comerme al mundo. Y así te fui perdiendo diario…

Soy tan egoísta, hoy me doy cuenta. No sé cómo se puede amar a alguien que piense que eres una pérdida de tiempo.

Es que sí lo eres, lamentablemente, mi amor. Eres una pérdida de tiempo para mi escuela, para mi voleibol, para mi trabajo, para mis viajes, para mi familia. Porque pierdo el tiempo contigo.

Pero al sacrificar ese tiempo contigo, termina siendo más valioso que aprovechar el tiempo en lo que debería de estar haciendo. Y mis obligaciones, mi futuro, es mi mundo.

Por eso he descubierto que tú eres mi mundo.

Porque el día que parto sin ti,

se pierde el calor de los días, por más sol que haga;

se pierde la risa en la conversación, por más chistes que cuente;

se pierde la diversión en los juegos, por más montañas rusas que monte;

se pierde el arco iris en el cielo, por más colores que pinte;

se pierde el significado en los libros, por más palabras que tengan.

 

No me dejes partir sin ti de este mundo,

porque si lo hago, realmente moriré.

 

 

Todo me amenaza en este mundo,

todo me lastima en esta vida,

pero sólo tú, mi amor, tienes el poder de doblegarme…

domingo, 18 de julio de 2010

porqué te AMO

Quisiera decir que amo tu cuerpo, que amo tu mirada, que amo como me recorren tus manos, que amo tus besos, que amo correr a tus brazos. Y realmente gozo de todo aquello inmensamente, pero cuando la palabra amor cruza por mi mente, no me viene todo esto a la cabeza.

Lo que que me viene a la cabeza, son las veces que lloro desconsolada, encerrada en mi cuarto, pienso en ti, te llamo, me contestas aún siendo las 3 am, me escuchas y poco a poco y con paciencia me das ánimos, y termino a carcajadas cuando te burlas de quien o de lo que me hizo sentir mal.

Son las veces que no me pelas por estar ocupado, me enojo, me voy al sillón a sentar cruzada de brazos y cruzada de piernas, paro la trompita y espero pacientemente; no espero mucho, porque tras 2 que 3 miradas de reojo, dejas lo que estas haciendo y vienes a mí. Y me frustra tanto, ¡tanto!, que por más que te rechace no te vayas, y me hagas cosquillas y no te rindas hasta ver una sonrisa en mi rostro.

Son las veces como el día que se nos paró el carro en pleno boulevard a la hora de la comida, y estuvimos sin comer ahí parados con un calor de la fregada, y yo besándote, animándote, sonriendo por ambos.

Son las veces que salimos con mis hermanos, jugamos videojuegos, basquetbol, futbol, paseamos al perro, jugamos carreritas, imaginamos nuestra vida a futuro, “patinamos” en el suelo recién pulido, nos subimos a los juegos del parque, nos contamos nuestros sueños, hacemos mil tonterías de niños sin miedo a ser juzgados.

Son las veces que te pego y te odio, por algo que no tienes la culpa, y tú te aguantas mis berrinches, sin dar una sola señal de devolverme la pelea, por más que me muero porque me grites, porque te enojes conmigo y no lo haces.

Son las veces que me equivoco y te digo que es derecho cuando es vuelta en U y el próximo retorno ni se alcanza a ver, me regañas por distraída, me quedo toda seria, me quieres alegrar con un comentario como que tu papá paga la gasolina y no te sale, me encanta hacerme la difícil, y al final no me resisto porque te ves tan tierno tratando de animarme.

Son las veces que llegas todo enojado de tu casa, o de la escuela, o de cualquier lado porque te trataron injustamente, y yo te abrazo, te consuelo, y a pesar de tu cara seria, inmóvil, no me rindo hasta que lo logro.

Son las veces que nos peleamos, nos enojamos, nos lastimamos… pero al final, lo hablamos y nos reconciliamos.

Son las veces que me dices: voy a hacer esto por ti, porque te lo mereces. Y yo me quedo callada y sonrojada, pensando en lo que yo haré por ti, porque te lo mereces más que yo.

Son las veces que te llevo arrastrando a las obras de teatro, exposiciones de arte, pláticas, reuniones familiares o hasta reuniones con amigos, y tú no haces ni pío por más que lo odies, porque sabes que tu mayor recompensa, al igual que la mía, está en pasar tiempo juntos.

anime kiss

Son todas esas cosas que nos hacen crecer juntos, que nos hacen comer ansias de vernos, que nos hacen verdaderamente felices, que nos hacen tener un cajón de recuerdos, para cada día abrirlo y poner un poquito más dentro.

Son todas esas cosas que nos hacen ser un sólo ser.

Todo lo que quiero,

si Esque se puede,

es estAr junto a ti,

porque cada Momento contigo,

jamás se siente ser en vanO.

Me acuerdo tanto el día que te conoCí,

¿cómo olvidar ese día y todo lo que sentí cuAndo te vi?

Y hasta la fecha no puedo creer que juntos termináRamos,

cuando el destino me había negado ya  lo que siempre recLamé mío.

Por eso el tomarte en mi regazo es deber que con todo gozo acatO,

y después de la eternidad quisiera seguir gozando lo que me deparaS.

CYZ <3

Underneath your clothes

Shakira

You’re a song,

written by the hands of God.

Don’t get me wrong,

‘cause this might sound to you a bit odd,

but you own the place,

where all my thoughts go hiding,

right under your clothes

is were i’ll find them.

Underneath your clothes,

there’s an endless story,

there’s the man i chose,

there’s my territory,

and all the things i deserve,

for being such a good girl, honey.

Because of you,

i forgot the smart ways to lie.

Because of you,

i’m running out of reasons to cry.

When the friends are gone,

when the party is over,

we will still belong to each other.

Underneath your clothes,

there’s an endless story,

there’s the man i chose,

there’s my territory,

and all the things i deserve,

for being such a good girl, honey.

I love you more than all that’s on the planet,

movin’ talkin’ walkin’ breathin’

you know it’s true,

oh baby, it’s so funny,

you almost don’t believe it.

As every voice is hanging from the silence,

lamps are hanging on the ceiling,

like an old lady tied to her manners,

i’m tied up to this feelings.

lunes, 21 de junio de 2010

Corazón, hoy no eres uno, ni eres dos.

La sencillez d tu sonrisa, ilumina mis días,
si no te tuviera, mi amor , no sé que haría,
seguramente moriría...

Pero teniendo tu recuerdo dentro de mi ser,
soy capaz de cruzar el océano por volverte a ver.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.

riverside company

Corazón, late fuerte, late hoy,

desvanece la razón,

engrandece mi ilusión.

Corazón, por favor,

no me falles hoy,

que el mundo escuche tu deseo, tu interior.

Corazón, ama hasta el final,

no caigas, no cedas,

con todo te entregas.

Corazón, tentación de mi cuerpo,

externa mi pasión,

demuestra tu valor.

Corazón, hoy no eres uno ni eres dos,

hoy eres mío, suyo y de los dos.

:-[teamocarlos]-:

 

lunes, 14 de junio de 2010

Keep on movin…

Me veo llorar en el espejo y me río de cómo me veo. Me odio, por eso me río, me río de la ironía. Me odio por ser lo que jamás creí… una hipócrita.

Mírame a los ojos. Mírame, por favor…

Destrozada por dentro me seguía riendo. Y realmente disfruté el momento, pero dentro de su sinsabor…

No quise hacer una escena. No era el momento ni el lugar…

Pero siento que ese silencio cuando volví a sentarme era de ese sensor de problemas. Lo sentí… Y aún con ese nudo en la garganta me seguí riendo…

Era un día especial… Era su día especial… El mío jamás llegó… Por más que lo forcé…

Por eso soy una hipócrita… Y me odio por ello…

Pero que se puede hacer… Un día más… ¿Qué más da?

¿Cuántos tantos no he sobrevivido ya?

Hoy fue un día feliz… Igual que ayer, igual que antier…

Lo odio porque fue hipócritamente, forzosamente feliz…

miércoles, 9 de junio de 2010

Amor de azar: Mis raíces, ¿mi destino?

Los rayos de sol entraron por la vieja ventana de marco de madera. Las cortinas desgastadas por la atrocidad de las lluvias y el correr lento del tiempo se agitaban danzando en el viento invitándola a despertar de aquella eterna ensoñación.

Estaba soñando que caía en un abismo sin fondo, sólo caía y desesperada buscaba algo a lo que aferrarse. Solía tener sueños de desesperación en las noches, jamás se borraron y endurecieron sus años de su vida.

El sobresalto de recuperar los sentidos al despertar la hizo apretar lo primero que sus manos alcanzaron. Y sintió un inmenso placer al enterarse de que ésto eran los brazos de su amado esposo. No quiso abrir los ojos, se dedicó a sentir los cálidos rayos de sol y el protector abrazo de su marido.

Volteó su cuerpo y beso la mejilla de aquél hombre suavemente. Quien esbozó una pálida sonrisa.

-¿Te ha despertado mi beso?

-No, me ha despertado tu sueño.

-Un sueño mío no te puede despertar, es sólo mío.

-Pues… Soñaste otra vez que caías. ¿Cómo podría saberlo si tus sueños sólo son tuyos? Aún olvidas que eres mía…No abras los ojos. No dejes entrar a la mañana, por favor.

- Pero si ya entró, yo no la invité a pasar.

Con su mano izquierda saboreó el torso de su esposo, desde el pecho hasta el abdomen y de regreso. Subió y bajó explorando ese cuerpo como si no lo conociera. Entonces alentó el paso y se ató a su cuello. Boca abajo levantó los hombros en actitud juguetona, mientras él acariciaba su espalda.

-Tengo los ojos cerrados.

Siguió el sonido de su respiración y le plantó un beso de labios, antes de poderse separar, él ya había tomado su nuca con la mano izquierda y la obligó a seguir hundida en sus labios. La empujó sobre él y acarició sus suaves muslos con una mezcla de ternura y deseo, subiendo cada vez más y acariciando cada centímetro de piel de su mujer.

Ella se sintió apresada, abrumada ante tal demostración de imperioso deseo. Pero no le puso un alto. Aunque se hubiera sentido indignada, en sus brazos, olvidaba el orgullo como con nadie más y se dejaba manipular en la cama, en el sillón, en la cocina, en el suelo, en la pared de aquí para allá, al derecho y al revés. Tan mansa como si hubiera nacido para obedecer y fuera algo dentro de su naturaleza. Era el único lugar donde dejaba a su marido mandar y se adjudicaba la tarea de acatar. Así les gustaba a ambos el desahogo de los placeres.

Agitados y derrumbados en el suelo, con la casa volteada al revés, se voltearon a ver y por fin se dignaron a abrir los ojos. Habían vuelto a la posición en que despertaron, sólo que ahora el sudor y la pasión embarradas en la pared les daban un alivio en el alma que recorría su exhausto cuerpo.

Estaban exhaustos, más que por el acto, por la liberación de las amarguras que los atormentaron por diez años. Ambos sabían que no podrían dejar huella en el mundo de su amor, tendrían que barrerla y limpiarla, y entonces sólo la casa sería lo que dejaran atrás al morir, junto con su leyenda; pero en esos momentos, lo único que importaba era el enorme amor que se profesaban. Y con ese pensamiento dejaban arrancar las mañanas para al finalizar el día recurrir otra vez a la demostración de su jurado eterno amor, pero por las noches, la casa no sería testigo de su desatada pasión.

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- No se lo diremos a Acriógena.

- Pero Lana, ella tiene el poder de quitarnos todo por lo que hemos luchado.

-¡Pues que nos lo quite! Esta criatura es más importante que tú y que yo y si Dios nos la otorgó, es un regalo que no se puede devolver. ¡Esa vieja lo quiere entregar al diablo como me entregó a mí!

Él admiró nuevamente su capacidad de defender con uñas y garras sus principios. Dentro de su sangre de loba, alerta a la agresión siempre estaba y lista para defenderse de la adversidad. Su sentido de madre había nacido y se había acrecentado con 4 meses de embarazo. Ebro, la amaba locamente por el hecho, pero había dado su palabra a Acriógena. Ella le había advertido, que si lo dejaba pasar, lanzaría él sólo una maldición sobre la raza humana por un capricho de dos.

- Por eso te amo, Lana. No lo entregaremos, pero habrá que ocultarnos de su ojo vigilante.

En realidad Acriógena sólo era una vieja amargada por los años. No tomaba partido por el diablo ni por Dios, no creía en ellos. En lo único que creía era en la madre naturaleza y en que ésta otorgaba como arrebataba y lo sabía por 100 años de experiencia. Su autoridad era incuestionable para quienes la conocían. Pero Ebro sólo la había conocido por palabras y en persona una vez, el día en que fue en su búsqueda para consumar la transformación. Lana la conocía por palabras, la conocía en persona y hasta juraba y perjuraba haberla conocido en su otra vida. Y aunque le faltara al respeto en palabras y al yugo del imponente instinto de madre, en el fondo tenía un pavor inmenso ante lo que estaban a punto de hacer, la desobediencia y mal agradecimiento eran un castigo sin perdón. Pero sabía que esta decisión era de esas que en la vida y después de la muerte no se arrepienten.

Huyeron del pueblo, huyeron de todo, sin saber que las circunstancias los volverían a empujar hacia allá 7 años después. Con un crío y una esperanza que volvería sus días negros para siempre.

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Lana rescató a su hijo ese día de las garras de Agnes y su tropa de burócratas inútiles reuniendo a todos los lobos del bosque, del pueblo, de los alrededores, de dónde pudo y como pudo. Las manadas cooperaban ante el llamado de muerte a los invasores, ante el llamado de desesperación de una madre viuda… ante el llamado de Lana.

Ejército como aquél jamás se había visto, la tropa fantasma se acercaba sigilosamente al castillo, derribando militares aquí y allá, no alcanzaban siquiera a gritar auxilio ante los poderosos dientes y la ventaja de la sorpresa. Corpulentos, musculosos, delgados por la hambruna, pero resueltos con determinación, machos, hembras, grises, cafés, blancos, todos…

Se enfrentaron ante una encarnizada batalla cuando uno de los jóvenes dejó escapar a uno de los hombres y se tocó la alarma en el castillo, pero para ese entonces, Lana ya había entrado al castillo de acuerdo al plan y mientras todos se vestían para salir a batalla, Lana levantaba la pesada piedra con ayuda de dos primos. Entró en la cocina alborotando todos, incluyendo al mayordomo que corrió despavorido fuera de ahí. Lana estaba segura que le enseñaría el camino hacia la señorita. Aulló con todos sus pulmones entre el trasterío y corrió detrás del mayordomo con 4 primos a los lados y otros 4 cuidando la retaguardia.

El aullido alentó a los lobos que protagonizaban la encarnizada batalla afuera, pero por suerte eran tiempos de guerra y en el castillo faltaba autoridad, pero las flechas acababan con un gran número de ellos. Subiendo las escaleras de la torre, Lana alcanzó a ver dentro de la habitación la carita asustada de Leo antes de que el mayordomo la cerrara de golpe.

-¡Mami! ¡Mami!

Gritó Leo, había algo en su voz que se hizo escuchar sobre todo y estremecer el castillo. se abalanzaron sobre la antigua puerta y la abrieron no con facilidad. Entonces Lana frenó sus ímpetus ante el mayordomo, Agnes, una criada, otra niña parecida a Agnes dándola por su hermana y Leo. Se paró en seco y viendo el pavor en los ojos de los demás, se inclinó ante su hijo sumisamente. Leo montó en el lomo de su madre sabiendo que se avecinaba una tormenta sino lo hacía inmediatamente y bramó antes de irse, “¡Gracias!”.

Lana aulló el triunfo junto con sus 4 primos, mientras bajaba las escaleras y se les unieron los otros 4 que esperaban al pie de las escaleras. Salieron a avisar a los demás, desde dentro de las murallas y los guardias dieron cuenta de los intrusos. La lluvia de flechas se dirigió hacia ellos, hasta que uno de ellos notó al niño y gritó porque se detuvieran. Rodearon la torre y se metieron por el túnel por donde habían llegado, al salir al paraje, los demás lobos estaban huyendo, mientras gruñían, ladraban y aullaban la victoria.

Acriógena presenció todo el acto desde su cómoda silla, en su vajilla de plata con agua hasta el borde. Analizando cada movimiento. Sabía que Lana había nacido para ser una gran líder, comprendió que tenía tácticas maestras escondidas bajo la manga para conseguir siempre lo que quería. Arriesgaba tanto su vida, porque para ella nunca valió nada, Acriógena se lo había dicho desde el momento en que nació. Y con la desaparición de su marido, con la aprensión de su derroche de pasión sabiendo que jamás volvería a despertar a su lado escuchándolo decir “Eres mía” y jamás volvería a rondar las noches en vela con él a cuatro patas entre los árboles, se había vuelto más temeraria que nunca.

Acriógena la admiraba por haber asumido su papel de madre tan a pecho. Se encolerizó ante el triunfo de su acto de temeridad y aún más ante su sobrevivencia a pesar de todos los obstáculos que siempre le puso. Turbó la apacible vajilla de un zarpazo. Pero no pudo evitar sentir esa pizca de orgullo, sabiendo que su hija había rescatado a su nieto querido en base a su reputación. El destino era inevitable…

“Corazón indomable para siempre, exterior de la raza traicionada. Línea nueva, sangre nueva a la luna llena. Condenando a almas de infortunio el crío de bastarda, el capricho de tres, el desentendimiento.”

jueves, 20 de mayo de 2010

Perfección en tus brazos encuentro

Llévame al cielo contigo,

quiero ir contigo y regresar,

porque el suelo que piso en el regreso,

será el eterno sueño que atormente mi pesar.

 

Prisionera de tus besos,

¡qué guardianes tan insomnes!

que me invitan al placer.

 

Desnudada ante tus ojos,

¡qué radiantes en las noches!

que prohíben mi descanso.

 

Perseguida incansablemente,

por la sombra del deseo,

de tenerte aquí a mi lado,

tu luz ha de hacerle marchar.

 

Lo perfecto existe

en la perfección de cada quien,

pero lo perfecto en ti no existe,

pues perfección eres en sí.

 

Prisionera, desnudada y perseguida,

¡llévame al cielo enseguida!

pues perfección en tus brazos encuentro

aunque no exista, realmente la encuentro.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Amor de azar: El baile

 “Dancing pairs, painted wings, things i almost remember, and a song someone sings, once upon a december.”

P5190753

Bajé las escaleras poco a poco. Mis zapatillas rosas querían ceder ante la gravedad, pero no las dejé. Postura, era lo único que pensaba en ese instante. Abriría el baile, al lado del rey.

En los barandales y ahí abajo, todas las miradas se dirigían hacia mí. Me viste, radiante, de seguro pensaste que parecía un ángel, lo sabía porque con esa mirada solías decirlo, por eso evité tu mirada, me sentía culpable de estarte engañando. Seguí bajando por el tapete rojo. Ansiosa por comenzar a bailar, dejar a mis pies hacer lo que mejor sabían. Y que las cosas siguieran su curso.

-Mi preciosa flor, mi hermoso regalo de Dios, la única mujer en mi vida, mi razón de existir, baila conmigo esta primer pieza, que será la última que bailes al lado de tu padre.

Con lágrimas en los ojos, el rey extendió su mano y la tomé sin dudar. Por dentro me carcomía lo que estaba a punto de suceder. Deshonra, del más alto rango. Traición, de la más baja. Pero la causa de todas aquellas injurias, sería la felicidad de ellos dos. Eso aliviaba mi alma y todo el dolor en mi porvenir.

Sonreí sin hablar, y comenzó la música, la luz nos seguía a dónde fuéramos a parar y sir William no apartaba su vista de mí. Caras, caras por todos lados, vestidos, glamour, luces, todo lo veía pasar frente a mis ojos, ahora tan lejano, ahora con tanta nostalgia, pues lo que conocía hoy, tal vez no lo conocería al final de la noche, y con el tiempo lo habría de olvidar.

El rey besó mi frente al acabar la pieza, y me entregó a manos del caballero que ansioso esperaba su turno. Mi futuro prometido… Así lo anunció, mientras me entregaba a manos de aquél caballero. Quien se arrodilló ante mí, se me declaró tomando mi mano y yo sin más, asentí después de una alargada pausa.

Sir William, a pesar de tener cerca de 40 años, era apuesto, delgado, alto, de tez morena y cabello negro, pero lo más intrigante eran sus ojos, unos ojos verdes tan penetrantes, con tanto sufrimiento atrapado. Pareciese que habían descubierto la treta, pero me miraban llenos de amor, llenos de ternura. Me repetía a mí misma constantemente: lo amarás, todo saldrá bien y lo amarás, y él también aprenderá a amarte a ti…

Las demás parejas se comenzaron a unir al baile. Venían de todos lados. Él se dirigió a ella, él con su galantería a más no poder, ella con su hermoso vestido rojo y crema, parecía toda una reina, siempre me gustó ese vestido. Los seguí atentamente con la mirada, mientras sir William, susurraba en mi oído, promesas de amor, historias de su tierra y de su inmensa riqueza. Los vi entrar al baile, él le hablaba dulcemente con susurros, para salir al jardín.

Sentí una inmensa felicidad por ellos, una inmensa tristeza por mí, y comencé a llorar abrazada de aquél apuesto caballero. Estaba hecho, ya no podía huir, ya no podía escaparme aunque quisiera… Y éste es el destino que escogí, ser tu princesa, tu esclava… Y hacia allá volaba quien hubiera querido estuviera bailando aquí conmigo, pero ése es su destino, estar a su lado.

-No tienes por qué llorar, mi querida Agnes. Te daré todo lo que desees, tú dímelo y yo te lo entregaré en bandeja de oro. Nuestra vida juntos será un eterno sueño hecho realidad. Verás como el mar te sienta bien, la playa es hermosísima, y cuando llega el ocaso, es el momento más majestuoso, el juego de luces que crea en el horizonte.

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Busqué entre la gente a Mari Ann, no había pensado lo difícil que sería reconocerla entre tantas máscaras, plumas, sombreros, vestidos. Al fin la reconocí, por su vestido rojo, ése se lo había visto puesto a Agnes, confeccionado perfectamente a su medida y exclusivamente para ella, y a Mari Ann siempre le había gustado, no había duda, era ella. Me coloqué tras de ella disimuladamente.

-Se ve radiante, mírala, parece un verdadero ángel caído del cielo… ¿Qué no piensas hablarme Mari Ann?… ¿Ni siquiera me voltearás a ver? Bueno, como prefieras.

Agnes bajó las escaleras, es la mujer más hermosa que jamás he visto en mi vida. Ese disfraz le va a la perfección, es un verdadero ángel. Aunque en sus ojos es donde está la verdadera magia… Esos ojos que me hechizaron desde que era un chiquillo… Se ve algo delgada, ¿será de tristeza?

-Mari Ann, Renata me ha puesto al tanto de tu situación, pero no estoy dispuesto a correr el riesgo de dejarte aquí, menos en manos de la decisión de una corte, tú bien sabes que la crueldad de tu padre no se doblega ni ante su hija.

¿Porqué no querrá hablarme Mari Ann? Se debe sentir muy dolida por haberme ayudado a escapar y que me haya puesto en riesgo de nuevo. No me importa, he venido por ella, y no me iré sin llevármela, por las buenas o por las malas.

“Me complace anunciar que esta señorita frente a mí, hoy se convertirá en la futura esposa de sir William, uniendo nuestro país con la zona costera más rica del continente. Regocíjense, súbditos, celebremos esta eterna unión en el trigésimo séptimo cumpleaños de sir William.”

¡¿Cómo?! Agnes… No, no, no… Bueno, ¿y qué esperanzas tenía yo? Ella es una princesa, yo un fugitivo… ¿Qué futuro tendríamos juntos, huyendo siempre de la ley. Sólo me ganaría la promesa del yugo… Pero aún así, me parte el corazón…

Espero que sus sueños la carcoman, la adelgacen más, hasta que se muera de tristeza en manos de ese viejo… Espero que tenga pesadillas hasta que se vuelva loca de amor por mí…

Bueno, a lo que vengo, me podré lamentar después, la podré maldecir después… Ahora recuerdo porque desprecio tanto la realeza… Mi madre tenía razón…

-¿Me permite esta pieza, señorita?

Sabía que ante este ademán, ella no se resistiría. La saqué a bailar y rápidamente me abrazó. Debió haber querido confortarme. No hay nada por qué consolarme, ella ha escogido ese destino. Yo debiera seguir mi camino…

-Vine a llevarte, Mari Ann. Vámonos, no estás segura aquí. Aprenderé a amarte, lo juro. Agnes ya no es mía, jamás podrá serlo… Escaparemos y nos llevaremos a Aurora, lejos de aquí, en tierra donde ni cielo ni infierno nos alcance. Y en noches de luna llena vendré a vivir con mi madre, solo 7 días me extrañarás. Te prometo que tendremos una vida, como ninguna. Serás campesina, ya no más realeza, seremos libres de viajar a donde queramos, hacer lo que queramos, lo que siempre quisiste. Si no quieres, no muevas tus labios, sólo asiente y en este instante saldremos de aquí, para no volver jamás… Te liberaré…

Asintió.

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-Te enseñaré el abecedario, ya verás, aprenderás a hablar en un dos por tres.

-¡Ay Agnes! Los niños mudos, nunca aprenden a hablar, no pueden.

-Pues yo digo que si Leo sabe escribir, también sabe hablar. Es que su mami nunca le enseñó, eso es lo que pasa. Como vivía en el bosque, no necesitaba hablar con nadie.

-Mmm, bueno, como diga su alteza.

Renata siguió cosiendo el vestido de Agnes. Era azul celeste, con hermosos moños azules en el borde de la falda, un curioso corsé azul con mangas abultadas y encaje en los bordes. Tocaron la puerta, era una mujer de la servidumbre.

-Su alteza, su padre me ha mandado a avisarle que debe bajar a cenar en 20 minutos, dice que habrá una invitada especial.

-Gracias.

La sirvienta cerró la puerta y Agnes comenzó a saltar de alegría.

-¡Es Mari Ann, Renata! ¡Qué bien! ¡Qué bien! ¡Ya llegó!

-Tranquila, Agnes, o harás que el suelo se venga abajo. Esa no es conducta propia de una princesa.

-Lo siento, Renata, pero estoy muy emocionada. ¿Me arreglas por favor?

-Claro, Agnes, y podrás estrenar tu hermoso vestido azul. ¿Que tal quedó?

-Muy lindo, Renata.

“mui lino ane”

-¡Válgame, Dios! Este niño no es mudo.

-¡Te lo dije, Renata! Te lo dije. ¿Qué quieres decir, Leo?

“¡mulinoanes!”

- Dice que el vestido es lindo. No, Leo, es “MUY LINDO, AGNES".

-Muy lino, Agne

-LINDDO

-lindddo. Muy lindo, Agnes.

-¡Ya lo tienes!

-Tengo que decírselo a tu padre, Agnes. Ya vengo, sólo iré a ver cómo van las cosas en la cocina, si me necesitan allá, tendré que mandar a alguien más a que te arregle, lo siento.

-Mmm, está bien, pero me debes dos.

-¿Cuáles dos?

-Pues una por no arreglarme, y la otra ¡por no haberme creído que a Leo le quitaba lo mudo!

-Jajaja. Está bien, te debo dos.

Renata cerró la puerta del cuarto y me quedé a solas con Agnes en el cuarto.

-Bueno, Leo, será mejor que tú también te arregles para bajar a cenar.

-Agnes, lindo.

-Sí, mi vestido es lindo.

-No, Agnes lindo.

Agnes se sonrojó, y le dio un beso en la mejilla mientras le contestaba:

-Tú también eres lindo, Leo. Te quiero, Leo.

-Te quiero, Agnes.

Lo recuerdo tan bien, quisiera poder regresar el tiempo…

martes, 18 de mayo de 2010

Amor de azar: El encuentro

tormenta nocturna

Agua, fuego, tierra, aire:

escuchen las plegarias de este guerrero apasionado.

 

Muerte a la injusticia de la cárcel de los cuerpos,

doblégate naturaleza, déjalo caer donde el alma le pide,

lo que noche tras noche ha rogado con ansias.

 

Deja que el cazador se convierta en cazado,

para que este amor pueda ser consumado.

 

La lluvia caía y tronaba y relampagueaba en el cielo, enfurecido por aquella petición. Tormenta como aquélla noche jamás se había aparecido. Acriógena alzaba su voz y levantaba los brazos al cielo, repitiendo una y otra vez el mismo conjuro, cada vez más alto, mientras la tormenta crecía y crecía.

Cayó un rayo, donde Ebro permanecía acostado, sin fuerzas. Lo levantó en cuatro patas, lo sacudió enormemente, sintió como el poder regresaba, pero era de diferente calibre. Sintió sus uñas alargarse y su vello crecer, su cara se deformó, su cuerpo se deformó. Esto es lo que quería…

__________________________________________________________

“No puede ser posible, me rehúso a creerlo. ¿Dónde estás? ¿Dónde te has metido? Es sólo un pequeño, no se lo pueden haber llevado. ¿Para qué lo querrían, de qué les serviría?” pensé.

-Ebro, ¿dónde está?

-…No… no pude detenerlos…

-¡No! ¡No me digas eso! Estás sangrando…

-Lana…debes ir por él…si lo descubren…lo quemarán vivo… ¡Déjame aquí! ¡Ve por tu hijo!… Lo llevaron al este…de seguro…se dirigen al pueblo…

Comencé a correr lo más rápido que pude y aún así sentía que no me alcanzaría. Me calaba el frío hasta los huesos y la tormenta comenzaba a cesar, tropezaba constantemente por la dificultad de correr en el lodo, tragué tierra, pero eso no me paró, brincaba troncos caídos por aquí y por allá. Corrí toda la noche, seguí su rastro cuidadosamente y al amanecer los encontré… Pero ya lo habían tocado los rayos del sol…

-¡Eh, despiértate! Mira lo que hemos cazado.

-¿Y de dónde diablos ha salido ese chiquillo?

-Es lo mismo que yo me pregunto. Parece estar muy bien acomodado ahí. Debió haberse atorado mientras intentaba robarnos algo de comer, será mejor desamarrarlo y llevarlo ante el rey.

-¿No deberíamos buscar a su familia?

-Vamos tarde, además la única razón por la que un niño merodee por los alrededores es porque sus padres lo han abandonado o están muertos.

-Tienes razón, la sequía ha dejado huérfanos a muchos niños.

-Y a muchos lobos. Aún me sorprende que hayamos salido vivos de ahí. ¡Tendremos qué comer esta noche!

-Entonces apresúrate.

Al menos está a salvo por ahora, debo sacarlo de ahí antes del ocaso…

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-¡Padre, padre! ¡Han regresado los cazadores!- Sus bucles dorados se agitaban de felicidad al ver regresar a un grupo de valientes caballeros.

-¿Qué es eso que traéis ante mi?

-Un chiquillo abandonado, se atoró entre las cuerdas con que amarramos el botín.

-¿Sabe hablar?

-No ha dicho una palabra en todo el camino.

-Déjenselo a Renata, ella le buscará una familia.

-¡Padre! ¿Puede quedarse con nosotros? Se ve tan desamparado…

-Hija, esto no es un monasterio, no podemos recoger a cualquier niño abandonado que se presente aquí.

-Pero es de mi edad, padre… ¿Acaso no querrías que si me llegaras a faltar, quedara en buenas manos?

El rey parecía un hombre amargado por fuera, pero a leguas se le notaba el gran amor que profesaba a su pequeña… Y al parecer, se le concedía todo lo que deseara.

-Está bien. Puede quedarse en el castillo, pero sólo hasta que alguien lo reclame suyo o le encontremos un hogar.

-¡Qué bien! ¡Qué bien!

La niña de cabellos dorados tomó de la mano a mi niño y se alejó platicándole todo lo que debía saber acerca del castillo. Era un escena tan tierna… hubiera querido que ese fuese el futuro de mi niño, pero estaba tanto en juego.

-Renata es la señorita que ayuda en la cocina, dice mi papá que conoció a mi mami cuando era chica. A ella le encanta jugar conmigo y platicarme historias de mi mami, tienes que conocerla. ¿Que qué le paso a mi mami? Mmmm, pues ella murió cuando yo nací, hace 10 años. ¿Y tu mami dónde está?

Se pararon en medio del camino de piedra, sabía lo que estaba a punto de hacer, volteó a verme, pero para mi suerte no me presentó. Tomó una varita del suelo y escribió en el lodo, lo que la niña repitió en voz alta:

“Mmmmi nnnommmmbbre eeees Leo.”

-¡Qué bonito nombre, Leo! El mío es Agnes. ¿De dónde vienes?

“Ddddel Bbbosssque”

-Sabía de gente que vivía en el bosque, pero nunca había conocido a nadie, no me dejan acercarme ahí. Mi papá dice que los lobos me comerían en un santiamén, me dan mucho miedo. No me gustaría conocer tu casa.

Él seguía borrando y escribiendo como Ebro le había enseñado, mientras ella no paraba de hablar. Entendemos a los humanos, pero no podemos hablar, Leo simplemente aún no había descubierto que él sí tenía esa capacidad.

-¿Que los lobos son buenos? No digas eso, claro que no son buenos, son salvajes. No, no, no. Tú no eres salvaje, tontito. Tú eres un humano, lo único que te hace falta es un buen baño, vamos con Renata, seguro ella se encarga de hacer que parezcas todo un caballero. ¿Cómo que no sabes darte un baño? Bueno, si no te bañas, entonces puede que sí seas salvaje.

Leo pudo haber escapado a mis brazos en ese momento, Agnes estaba de espaldas, pero había algo en su encantadora sonrisa, que lo hechizó y decidió darme la espalda… A pesar de todas las advertencias que le di sobre acercarse a los de su raza, la curiosidad lo alejó de mi, o pudiese haber sido el amor… No lo sé, lo que sí sé es que ese día perdí a mi hijo… Lo perdí para siempre…

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-Acriógena. He venido a que me pagues el favor que me debes.

-Yo no te debo ningún favor. Ya la estoy pagando con tu hijo bastardo.

-Precisamente. Vuélvelo un humano hecho y derecho.

-No puedo, es tarde para ello.

-No es tarde…Por favor, te lo ruego, es lo único que lo salvaría ahora… Si lo descubren… No quiero ni pensarlo… Me lo arrebataste y a mi esposo también, tu deuda jamás será saldada conmigo.

-Yo no te los quité, insolente. Yo te di a tu esposo, quien te dio a tu hijo, quien en primer lugar jamás debió haber existido, yo se los advertí claramente. El hambre de sangre es lo que llevó a los humanos a asesinar a tu esposo, no me vengas a culpar por haberte dado la felicidad. Quienes te la arrebataron están en el pueblo, cúlpalos a ellos. Si torturan y asesinan a tu hijo, bien merecido se lo tiene por ser concepción del mismo diablo.

-¡Del mismo diablo que tú creaste, Acriógena!

-¡Fuera de mi casa! ¡No permitiré que me hables así! ¡Ni aunque quisiera, podría ayudarte! ¡Así que no vuelvas más por aquí!…Comprendo tu desesperación, Lana, pero no puedo jugar con el destino…

-¡Lo sabías! ¡Lo sabías, maldita bruja! ¡Y aún así lo permitiste!

Lana se encontró aullando desesperadamente ante una puerta que no cedería… Era su última esperanza antes de… Tendría que intentarlo por sus propios medios. Agotada, temblando por el frío y el hambre, corrió de regreso al castillo. Es bien sabido, que una madre jamás abandona a su crío, éste no sería el primer caso, a pesar del poco tiempo y la poca esperanza que le quedaban. Se aferró a uñas y dientes a esa poca esperanza… El día había estado nublado, ojalá la noche también se ocultara… Eso le daría algo de tiempo…

lunes, 17 de mayo de 2010

Amor de azar: ¿Fiesta de disfraces, de cumpleaños o de compromiso?

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-No quiero usar ese vestido, ¡ni que me fuera a casar hoy, como para usar un vestido blanco!

El sirviente se alejo con el hermoso vestido blanco de encaje y con la cara llena de indignación. Renata, dama de compañía de Agnes, susurró algo al sirviente, quien no parecía dispuesto a obedecer, pero asintió.

-Su alteza, debe escoger un vestido. Sé que esta situación no le agrada, pero será mejor aceptar la invitación por las buenas y no enfurecer a vuestro padre.

-¡Ay Renata! Pero si yo no quiero ir a esa fiesta, me siento regalo de cumpleaños… Si voy, se formalizará el compromiso y no tendré escapatoria…

-Sir William es rico, apuesto y servicial, además de estar asombrado con su belleza. Jamás le faltará cualquier cosa a su lado. En un corazón que aún no ha sido atrapado, tenga en cuenta que el amor podría estar donde menos lo espera.

-Esta bien, Renata, iré… Pero con la condición de que usted no se me despegue en ningún momento. ¡No quisiera quedarme a solas frente a un viejo que se cree tiene derecho a ponerme las manos encima!

-¡Y no se las pondrá señorita! Al menos queda aún algo de tiempo para la boda…

-Me disculpas un momento, Renata.

Agnes salió de la recámara, a una pequeña sala de estar que atravesó para encontrarse frente a un librero. Lo empujó y caminó por el apretujado pasillo que descubrió, hasta llegar a un área amplia. Comenzó a recoger sus papeles, llenos de dibujos y escritos. Todos eran de su cara, de su cuerpo, de todo lo que la inspiraba a seguir cada día, algunos eran dibujados por él… Lloró amargamente sin parar de recoger. Las lágrimas bañaban todas las hojas que iba apilando sobre su escritorio rosa de madera tallado a mano. Llovía sobre las pastas de sus libros preferidos y lentamente los iba guardando y acomodando uno por uno en los libreros que cubrían completamente los muros.

-¡Dios!¡¿Porqué me has abandonado?!

Gritó desolada mirando al techo pintado por sus sueños, cayó de rodillas y sollozó desde el fondo de su más profunda herida.

Después de un rato se hizo consciente de su cansancio, la hinchazón de sus ojos, se hizo consciente del tiempo… Suspiró y al fin se calmó. Las lágrimas aún corrían veloces por sus mejillas al salir de su pequeño escondrijo. Resignada a enfrentar lo que viniera. Llegó a la recámara y el sirviente había regresado con un vestido rosa claro con bordado dorado, corsé blanco y mangas que caían al hombro y se prolongaban en forma de V. Combinaban perfecto con el antifaz rosa con dorado que traía el sirviente en la mano derecha. Y Renata examinaba unas alas hechas con pluma de ganso e hilo dorado, pensando como podría agarrarlas de la prenda sin dañarla.

-Ese me pondré, gracias.

Le pusieron la larga falda, el corsé blanco con el que amarraron las alas. Se veía divina… Pronto estuvo lista para el baile y bajó las escaleras, donde su padre la esperaba, vestido con capa, corona y demás.

-Mi princesa… Pronto estarás a un paso de ser toda una mujercita…

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-¡Ay Leo! Me asustaste. No puedes estar aquí. Te van a descubrir.

-¿Acaso no me extrañas, no me vas a saludar?

-¡Pues las personas se saludan de frente, no por detrás! ¿Qué vamos a hacer contigo muchacho?

Renata se paró de puntitas y besó suavemente la mejilla de Leo. Era un muchacho apuesto, pero terco e insensato, y a pesar de su condición, Renata no podía evitar sentir cariño por él, era como un hijo para ella. Le recordaba a su juventud con un espíritu libre, aventurero e invencible.

-He vuelto para rescatar a Mari Ann. No te preocupes por mi, la fiesta de disfraces ha sido una gran ventaja, y gracias por dejar mi puerta abierta.

-Siempre lo estará. Te dejaré entrar a la fiesta, pero ni loca que te llevaras a Mari Ann. Su padre ya viene en camino, pronto se harán los arreglos correspondientes para que regrese a su tierra. Agnes ha rogado porque se quedase en la habitación de huéspedes y ambas asistirá esta noche a la fiesta. Puedes platicar con Mari Ann, pero no dejaré que te la lleves, sólo empeorarías las cosas.

-Pero ella es un alma libre como yo, merece algo mejor que estar con su padre sentada en un trono.

-Lo que ella merece es un descanso de ti. ¿Qué no le has provocado ya demasiado sufrimiento? Preferiría que dejases las cosas como están. Esto podría arruinar la paz entera del país y a ti te preocupa que ella regrese a donde debe de estar.

-Pues su paz es la que más me preocupa…

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-¡Oh Agnes! Has estado llorando de nuevo.

-Sí, Mari Ann, pero no te preocupes, ya pasará, todo pasa siempre…

-Bueno, a pesar de ello te ves deslumbrante.

-¡Y tú también lo estarás cuando termine de arreglarte! Ya hablé con mi padre y te dejará asistir a la fiesta conmigo.

-Me encantan los vestidos rojos. Dime que podré usar algo rojo.

-Lo que quiera, su alteza.

-Gracias, su alteza.

Se soltaron riendo y se sentaron al borde de la cama de sábanas de seda. Agnes hizo un ademán a Olivia, quien aseaba la habitación, y ésta salió de la recámara lo más pronto que pudo.

-Mari Ann…

-Sí, dime Agnes.

-Estoy muy preocupada.

-No te angusties Agnes, sir William es un buen hombre y se dice que está perdidamente enamorado de ti, verás como saldrá todo bien. Además, no queda de otra que aceptarlo… Cuando me llegue el día de comprometerme, espero que sea alguien como él: moreno, apuesto y de ojos verdes.

-No, Mari Ann, eso no es lo que me ha estado oprimiendo tanto el corazón…

-¡Oh! Hablas de…

-Es que estoy angustiada por él, que tal si su madre ahora no le acepta y no tiene a dónde ir, sabes que ya está hasta el colmo de él. ¿Y qué tal si trata de entrar al castillo esta noche? Los guardias estarán muy atentos, te lo aseguro, y si las nubes dejan de opacar el cielo… ¿Crees que lo asesinarían?

-Agnes… Tranquilízate… Yo también lo he pensado. Ambas sabemos que lo más seguro es que trate de entrar esta noche, más nos vale estar preparadas. Ordena que todas las cortinas del gran salón sean cerradas. Te confesaré que más me asusta no volverlo a ver, que el peligro que corre viniendo aquí…

-¡Cómo quisiera no ser una princesa! ¡No estar comprometida! ¡Quisiera ser como él, para vivir exiliada el resto de mis días! Perdería todas mis cosas materiales y, tal vez, hasta el amor de mi padre, pero al menos podría vivir a su lado.

-Lo comprendo perfectamente… Tal vez, lo mejor sería olvidarlo, por el bien de ambas…

Se abrazaron desconsoladamente… No había nada que las salvara. Una destinada a vivir el encierro de su castillo y la tiranía de su padre y otra obligada a casarse con un hombre que no amaba y le duplicaba en edad. Ambas amaban a un hombre que no podía vivir entre los hombres…

-Pero, Agnes. No llores, para ti hay solución…

-¿De qué hablas Mari Ann?

domingo, 16 de mayo de 2010

Amor de azar: Huye.

lobo en el bosque

-¡Márchate ya, Leo! – Gritó Mari Ann dándole un buen golpe a Aurora para que avanzara, mientras el castillo comenzaba a despertar a media noche con la noticia de que uno de los prisioneros había escapado.

El ruido de cascos se acercaba cada vez más y más, el grito ahogado de Mari Ann, hizo a Leo voltear atrás. La habían tomado del cuello de su vestido de lino y forzado sus manos atrás, inmovilizándola. Habría dado media vuelta, de no ser porque su esencia dejaba un rastro de olor a muerte detrás, que 5 hombres montados a caballo parecían perseguir como alentados por el mismo diablo.

Leo, montado en la yegua blanca de Mari Ann, se alejó de aquél pueblo a toda velocidad. Sólo el llegar al bosque lo salvaría de aquél infortunio. Ahí pertenecía.

Siguió el camino y éste se fue haciendo cada vez más estrecho, desmontó, se adentro a lo más profundo del bosque y ato a Aurora a uno d los árboles, mientras sus perseguidores se frenaban ante el imponente bosque, miraban hacia el cielo y retrocedían despavoridos a su hogar. El aullar de los lobos los ahuyentó…

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-Madre, he vuelto.

-No me sorprende, t dije que el pueblo no era lugar para nosotros. ¡Tenías que ser igual que el terco de tu padre! Espero hayas aprendido la lección.

-Mañana partiré de nuevo hacia allá, Mari Ann se ha metido en problemas a expensas de mi.

-¡Jamás aprendes! ¡Olvida esa tonta fantasía Leo! ¡Echarás todos los sacrificios, que he hecho para criarte, a la basura! Además, sabes que nadie le hará daño a esa pobre muchacha. Está protegida por todas las maniobras de su padre.

-¡Pero es que ha hecho algo ilícito al ayudarme a escapar! ¿No lo entiendes madre? Ahora ni el rey podrá ayudarla. Mañana por la noche habrá una fiesta de disfraces en el castillo, me colaré y la traeré a vivir aquí, te guste o no.

-Pues en ese caso, tendrás que buscarte otra vivienda. Ya no eres bienvenido aquí. ¡El rey nos ha confinado a vivir aquí, no permitiré que traigas el enemigo a nuestro hogar! ¿Así piensas pagarle a tu familia?

-No es su culpa lo que su padre nos haya hecho. Y tampoco es su culpa haberse enamorado de un bastardo como yo. Nadie se enterará, he burlado a esos guardias más de veinte veces, y por ella lo haría un centenar más.

-No la obligues a venir aquí, vivirá desgraciada el resto de sus días, maldito egocéntrico.

- ¿Te compadeces de esa muchacha y aún así la llamas el enemigo?

- La compadezco porque es una buena muchacha, su único defecto fue nacer en brazos de ese tirano.

-Entonces, acéptala madre, tienes todo el día de mañana para pensarlo. Me voy a dormir.

-Espero que no logres descansar y te atormente la estupidez que has provocado y estás apunto de engrandecer.

 

To be continued…

sábado, 15 de mayo de 2010

La muerte anda cerca

Vidas inocentes arrebata la muerte,

almas aventureras que se equivocan de lugar,

pero de tiempo no se equivocan,

pues la eternidad los mantendrá atentos, activos, danzantes,

los mantendrá vivos, más que nosotros.

 

El miedo acecha,  el temerario tropieza,

cada paso, cada vuelta,

mira adelante, mira atrás,

porque viene de cualquier parte.

 

¡No avances! ¡No hables!

La muerte anda cerca.

 

Aún así, la vida se atreve a seguir,

amenazante a no detenerse,

ignorante del mal, del miedo,

ignorante de la advertencia.

 

¡No respires! ¡No te muevas!

La muerte anda cerca.

 

Sombra afligida, en caras despreocupadas,

expresión dudosa, en saludos animosos,

¿cuándo acabará esta tortuosa situación?

 

¡No salgas! ¡No te arriesgues!

La muerte anda cerca…

 

 

 

¡FUERA EL NARCO!

¡YA BASTA DE TANTA DECADENCIA!

 

Descansen en paz todas las almas víctimas de la violencia por parte del narcotráfico en la laguna y en todo México…

sábado, 24 de abril de 2010

divided PASSION

What is it you want heart? What is it? Just tell me and i’ll do it. You leave me nowhere, i’ll go insane.

I do love you, i do need you, i do want you… both! Fuck!

Life would’ve been easier if i knew what i wanted. But then, i think, is it worth a life without the spice of having to choose, the thrill of freedom, the suspect of having the wrong road?

I know i’m just another simple human, even though my existance is complex and my origin unexplainable, and my capacity of reasoning is uncomparable to other of nature’s creatures…

I can’t do everything, i can’t do nothing…

But then, again, is it worth a world where something means nothing to what i pretend? Where everything i want to do, i can just go halfway?

So i do chose you and i chose both, and it just doesn’t seem to be working at all. But if i loose one of you, i’ll be forced to live a life flavorless, senseless. Without something that makes me be me.

Do i really have to chose? Or better yet, do i really have a choice?

It’s passion to me, to what i do, that moves me and my whole world. But lately, it’s so sad to admit, but i’ve been loosing my strength, and now it’s become not enough…

I can’t help this feeling. The sadness that invades me, blossoms from the success i’ve had. Maybe succeding it’s not the best way to go. ‘Cause what happens when you’re helpless? Have i succeded in what i really want?

I hope wonder woman does exist… I hope i could have some sort of super power to overcome all of this. Or at least, if i could stop time, just to get my me in order… I do realize i hope for the impossible, after all hoping for the impossible is what got me where i am now…

I know none can help me out, but me… I won’t give up… or better said, i can’t give up, not now, not never… Depression, you better go away before you get disappointed!

miércoles, 24 de marzo de 2010

¡Este mundo es mío!

sweet kiss

Hay cosas en la vida que no se dicen, simplemente se saben.

Cosas tan simples como un gracias, te quiero, te admiro, por favor, te amo…

Cuando se saben es cuando se deja de luchar a palabrería para abrirle paso al silencio de las acciones. Porque a fin de cuenta las palabras no existen, sólo existen las personas y sus acciones.

Decir no siempre es lo mismo que hacer, hacer no siempre es lo mismo que saber y saber no siempre es lo mismo que decir. Hay personas que no hacen lo que dicen, que no saben lo que hacen y que dicen pero no saben ni qué dicen.

Y hay otras personas, que son aún peores que las últimas tres, y éstas son las que saben y no dicen ni hacen. Y es que el saber es un poder tan grande, eliminando la ignorancia es lo que guía al ser humano a ser lo que es. El saber, el conocer, el hambre de plantearnos incógnitas y seguirlas hasta resolverlas o jamás verlas resueltas. No es sólo razón, sino que es el uso apropiado de la razón.

Y qué son los sentimientos más que instintos combinados con una dosis de razón. La razón nos guía y la creatividad nos encamina.

El saber intrínseco es lo que nos hace personas. Conocer tus límites, conocer tu persona, conocer a los demás, saber que tienes un alma y una conciencia, una capacidad creativa y una libertad de elección.

Porque al final del día nosotros mismos es lo que tenemos dentro de este mundo tan vacío, nuestro día día, nuestro esfuerzo, nuestras acciones, nuestras palabras no vanas, nuestra aportación al mundo, nuestra visión, nuestros logros, nuestros fracasos, nuestras tristezas y lamentos, nuestros enojos, nuestras relaciones…

Este mundo es mío, yo así lo creé. Yo así lo escogí. Yo así lo imaginé. Yo así lo manipulé. Yo así lo moldeé.

Este mundo es mi trabajo, es mi sangre, es mi sudor, es mi cuerpo, mi alma y mi vida.

Este mundo, por nada en el universo lo cambiaba, por nada en el universo lo desacreditaba, por nada en el universo lo dejaba.

 

“Si esta vida es un sueño,

que mi dormitar sea eterno…”

domingo, 28 de febrero de 2010

AYER SOÑE…

lovers feet

Ayer soñé… Ayer soñé lo que con palabras no se puede expresar… lo que sólo la calma y el silencio pueden nombrar… lo que se pinta al contorno de besos y a colores invisibles… lo que con ansias el cuerpo busca y el alma encuentra… lo que sin dudar se acerca a ti y te hace volar…

Ayer soñé… soñé un sentimiento, … ¡NO! Soñé muchos sentimientos, que algunos definen como amor…

Ayer soñé que mi dolor se hacía más fuerte, pero no lo sentía, no me dejabas… que gritaba, pero no era de pena ni de felicidad… que lloraba pero no de tristeza ni de alegría… Sentí algo más… lo peor es que no me alcanza la comprensión de aquél sentimiento.

Ayer soñé el sol y las nubes, la luna y las estrellas… la tierra. el cielo, las montañas y el mar… la noche y el día, la luz y la oscuridad… el mundo y la vía láctea, el universo y el infinito… el blanco y el negro, al diablo y a Dios…

Ayer soñé todo, pues contigo soñé…

 

 

im ur princess till the end of time

viernes, 1 de enero de 2010

not loosing you tonight…

 

“with each laugh that wrinkles your nose

touches my foolish heart…”

 

Viejos sentimientos

 

Empolvados dentro de un cajón, hoy me reencontré con unos viejos sentimientos. Más que sentimientos pareciese que fueran llamados a revivirlos. Y revivir cierta atrocidad, imposible de llamar desalmada porque alma es seguro que tiene lo que jamás muere.

No se le puede llamar confusión tampoco, porque es más claro que el agua que dejarte entre tantas opciones es el camino seguro a encontrar la verdad. ¿Llamarle tristeza? No, porque la tristeza se lava con lágrimas; ¿entonces, quizá, depresión? Tampoco, porque la depresión es un sólo sentimiento negativo.

Es algo que va más allá de todo sentimiento conocido y por conocer… Es algo que va más allá de la comprensión de un ser humano… Es sentir una necesidad desgarradora por alguien, es sentir una dependencia absoluta de cada movimiento suyo, es sentir que tu mundo vale nada si no estás con ese alguien, es pasión por ti… Pero no es amor. Es más que eso. No es obsesión. Es más puro que eso.

Es el temor de regresar a una cama vacía noche tras noche. Es el temor de no volver a escuchar tu risa. Es el temor de saber de tu llanto sin poder consolarte. Es el temor de no poder hacerte feliz. Es el temor de sentir frío a tu lado. Es el temor de no curar tus heridas como tú curas las mías. Es el temor de perder la vida poco a poco. Es el temor del abandono de tu ser, de la deshomogenización de nuestras almas. El temor ante un futuro incierto, inseguro. Tan impredecible que se vuelve emocionante. Temor, amor, necesidad, obsesión, emoción, felicidad… No sé que será.

Si supiera qué me espera, no me apresuraría a cumplirlo. Lo único que me espera es la muerte y tengo tantas ganas de vivir ahora que tú estás aquí.

El año viejo me ha traído el reencuentro con mis viejos sentimientos, que sé los volveré a encontrar, pero por mientras me dedicaré a no buscar. Ahora sólo sé que te amo y es lo que me guiará por el buen camino, porque tú me ayudaste a descubrirme totalmente y ahora sé quién soy y sé lo que quiero. Por eso mi propósito para el 2010, es conseguirlo. Prometo que lo haré, porque promesa de mis labios es cumplida. Mi propósito del 2009, era ser feliz y fui descubriendo poco a poco que la felicidad no se alcanza, se persigue, y en el camino se es feliz. Otro año más, no significa más que aprender, más viejo y más sabio cada uno se volverá y en el camino aún más comprenderá, que sabio no es el viejo, pues no hay sabio por más viejo que sea.