lunes, 25 de mayo de 2009

Te besé…

Sin pensarlo más te besé…

Te besé como jamás pensé que sería capaz de besar.

Te besé con cada parte de mi cuerpo.

Te besé con toda pizca de pasión.

Te besé y en tus labios encontré el consuelo, la ternura, la pasión, la dulzura, el cielo, la luna y las estrellas.

Te besé y entre el beso me perdí, me desconecté, me difuminé, me realicé, me encontré.

Te besé y con ese beso comenzó…

Comenzó a girar mi mundo, comenzó a temblar la tierra, comencé a hacerme uno contigo, comencé a reescribir la historia, comencé a sanar las heridas de tanto tiempo atrás.

 

Sólo me llevabas de camino a casa. No entiendo cómo pudo pasar.

 

No sé si fue el impulso, si fue la atracción, si fue la necesidad, sólo sé que hubo amor en ese beso.

 

Demasiadas emociones para un día contigo: jugando, sonriendo, llorando…Estábamos en tu auto, mirando al techo, la música seguía prendida y pareciese que el mundo se hubiera detenido. Afuera los carros pasaban y las farmacias y tiendas seguían abiertas deslumbrando la recién pavimentada carretera. Estábamos a unos metros de la entrada a mi cerrada. No quería que esto se acabara, por eso te había pedido estacionarte. No sabía qué hacer, porque dentro de mí un hormigueo me decía que me lanzara sobre ti, que me perdiera en ti. Pero estaba asustada de cómo fueras a reaccionar. No sabía cómo hacerlo, qué decirte, cómo explicarte. Y de repente pasé tu brazo por mi hombro y me abracé fuertemente a tu cintura, jalando tu playera, diciéndote sin palabras que me pertenecías. ¡Qué egoísta de mi parte! Querer hacerte mío sin preguntarte. Escalé tu cuerpo hasta llegar a la altura de tus mejillas y te besé del lado izquierdo tiernamente. Y en ese pequeño e inocente beso iba un gracias más grande que lo que las palabras podrían expresar. Te miré a los ojos, me sonreíste y me abrazaste fuertemente. No fuimos acercando más y más. Me regresaste el beso y me diste uno más en el cuello. Mi piel se erizó completamente suspiré y cerré los ojos porque quería disfrutar enteramente de esta gran muestra de cariño que me decía que yo soy más que cualquier amiga, que ese gracias se iba transformando lentamente en algo más. Entonces el miedo se desapareció por completo y entendí que estábamos en la misma página de ese libro abierto que jamás dejamos de escribir, que jamás cerramos, que jamás dejamos que se extinguiera a pesar del tiempo y la distancia, porque nuestro cariño siempre lo mantuvo abierto. Me dejé caer en tus brazos y dejándome llevar por la música, tus caricias y nuestro amor, te besé… Desapareció el mundo, dejé de temblar y me sentí segura en tus brazos, protegida. Me hiciste sentir esa noche la niña más linda a kilómetros de ahí. Mi lengua te pidió permiso, y de repente se hacían uno mis labios con los tuyos. Desaparecí en tus brazos, en un mar de cariño. Me lancé sobre ti, pero terminé siendo yo la arrinconada. Me sentí débil y agredida, pero en ningún momento amenazada. Me enlace a tu cuerpo y rozaste suavemente mi pierna. Quería pararlo, te juro que quería hacerlo, mi mente me decía que esto no podía pasar, no ahora, no otra vez. Pero algo en ti me movió a olvidar la fecha, la hora. A olvidar el pasado y olvidar que tendría que estar en mi casa dentro de unas horas. Te enlacé con mi pierna y temí que nos interrumpieran. Y la prontitud con la que comenzó todo se modificó a la lentitud del tiempo que encontré en tu mirada. Nos separamos, nos abrazamos de nuevo. Husmeé en tu cuello y tu cabello y mi mano pasó suavemente de tu nuca a tu cabello deseando que jamás se me acabara esta sensación. Tu tampoco lo querías a juzgar por tus juguetonas manos que rodeaban mi cintura y mi quijada y me acariciaban una y otra vez.

 

 

Timeout!

Pero como todo lo bueno, duró poco… Lo paré por fin.

 

“Compréndeme” Te dije… “Estoy muy dolida”

 

Pero hasta hoy no me he arrepentido. Porque desde entonces, esa sensación me ha estado persiguiendo, en lugar de yo perseguirle a ella, como siempre fue. Ya era hora de un cambio.

 

El amor que nace de la ingenuidad es el más torpe, pero también el más puro.

 

 

Tú no eres para mí – Fanny Lu

i won’t say i’m in love – Hércules soundtrack

Hot – Avril Lavigne

martes, 19 de mayo de 2009

Sólo para tí

Eres todo lo que pedía
Lo que mi alma vacía
quería sentir

Eres lo que tanto esperaba
Lo que en sueños buscaba
Y que en ti descubrí

Tú, has llegado a encender
Cada parte de mi alma
Cada espacio de mi ser
Ya no tengo corazón
Ni ojos para nadie
Solo para ti

Eres el amor de mi vida
El destino lo sabia
Y hoy te puso ante mí
Y cada vez que miro al pasado
Es que entiendo que a tu lado
Siempre pertenecí

Tú, has llegado a encender
Cada parte de mi alma
Cada espacio de mi ser
Ya no tengo corazón
Ni ojos para nadie
Solo para ti

Esto es de verdad
Lo puedo sentir
Se que mi lugar
Es junto a ti

Eres Todo lo que pedía
Lo que no conocía
Y que en ti descubrí

zadla

viernes, 15 de mayo de 2009

Hoy soñé contigo

Abrí los ojos. No estaba en mi habitación, tardé poco en darme cuenta, que otra ves me había quedado dormida en el sillón. La televisión continuaba prendida, justo como la deje. ¡Ah! ¿porqué diablos algunas cosas no pueden quedarse justo como las dejé?...

Miré la hora en mi celular, que estaba inherte en mis brazos. 4a.m. ... Me dió tristeza verlo así. Se parecía a mí, simpaticé con su vacía bandeja de entrada. No me llamaste, no me mensajeaste, no nada ... Justo como yo lo había pedido ...

Pero ahora pareciese que me estoy retractando de mis palabras. Aunque no lo haré, debo ser fuerte. Aunque extrañe tus besos, tus caricias, tu sonrisa, tus palabras, tu dulzura, tu amor...

Me levante del sillón, estaba sudando. Me pregunté si el causante sería el repentino cambio de clima, o simplemente habría sido el acaloramiento del sueño del que acababa de despertarme abruptamente. Sentía que estaba en las nubes y me jalaban los pies. ¡Dios! ¡Me hicieron caer duro!

Recordé tan vivamente tus besos... Recordé tan vivamente tu mirada... Recordé todo... Cada detalle, cada palabra, cada caricia, cada beso... Recordé como eres el único que logra estremecer mi piel hasta el último milímetro...

El insomnio me acecha y aunque estoy de vuelta en mi cama, me sigue persiguiendo el pensamiento de ti. Y tengo miedo a soñar de nuevo y volverte a encontrar.

Y me pongo a pensar, qué habría pasado, si yo me hubiera dado la oportunidad de perdonarte. Pero sé que ese pensamiento es ilusión, porque el hubiera no existe y por más que lo desee, no existirá.

Me descubro de las sábanas. No aguanto sentirme oprimida bajo ellas. Busco en mi cama a tientas el regalo que me mandaste cuando apenas nos conocimos. Dormía todas las noches con él, tal vez nunca te lo mencioné... Debí haberlo hecho cuando podía... Si supieras donde está ahora...






No sé tú,
pero yo no dejo de pensar,
ni un minuto me logro despojar,
de tus besos, tus abrazos,
de lo bien que la pasamos la otra vez.

No sé tú,
pero yo quisiera repetir,
el cansancio que me hiciste sentir,
en la noche que me diste,
el momento que con besos construiste.

No sé tú,
pero yo te he comenzado a extrañar,
en mi almohada no te dejo de pensar,
con la gente, mis amigos,
por las calles sin testigos.

No sé tú,
pero yo te busco en cada amanecer,
mis deseos no los puedo contener,
en las noches cuando duermo,
sin insomnio, yo me enfermo.

Me haces falta,
mucha falta,
no sé tú.

No sé tú,
pero yo te busco en cada amanecer,
mis deseos no los puedo contener,
en las noches cuando duermo,
sin insomnio, yo me enfermo.

Me haces falta,
mucha falta,
no sé tú...






Quisiera que el tiempo se pudiera regresar,
que la mente pudiese olvidar,
que las distancias fueran inexistentes...

Desearía que la responsabilidades se consumieran,
que el dinero no existiese,
que el prejuicio se esfumara...

Pero deseando y queriendo,
no es tan fuerte como las cadenas que me atan al suelo,
y sé que no lo podré cambiar...

Sin embargo,
seguiré deseando y queriendo
compartir mi vida contigo,
y sé que eso tampoco lo podré cambiar...

martes, 5 de mayo de 2009

Impotencia…

Y nos encontramos otra vez,

tropiezas conmigo todo el tiempo,

¿será que yo me empeño en ponerte en mi camino?

¿será que algo me tienes que decir?

Entiendo que quieres mis ganas absorber,

el brillo en mis ojos desvanecer,

y el canto de mi voz hacer perecer.

Te apareces entre las perfumadas alas del viento.

Ya te conozco, recordando tus facciones.

Desciende ya de tu trono de oro, ¡cobarde!

Por fin veo tu color… Lo veo claramente.

El rojo: pasión del corazón, amor puro, el deseo del cuerpo…

El blanco: abismo de lo interminable, tan limpio, tan utópico, tan inalcanzable…

El azul: llovizna de lágrimas, nostalgia de la memoria, ser resquebrajado…

Tan cerca,

tanto que roza mi piel,

la convence a palabras dulces

y la penetra de raíz.

Aunque se escondan los tres en ese espiral,

aunque mis pensamientos hagan girar y girar,

¡Basta que me mareas, lila lila encristalizada!

Así caigo nauseabundamente en mi cama

que me abraza fuertemente otra vez,

acunándome en los brazos de Morfeo,

sumergiéndome nuevamente,

donde tú no me puedas alcanzar,

donde tu verbo se vuelve hacia ti,

te carcome y te ataca por la espalda.

Aquí venzo yo sobre ti…

Pero sin preocupación quédate,

con altanería pavonéate,

maldita impotencia.

Porque bien sabes,

que cuando los ojos abra,

y al sol naciente me asome,

vulnerable será mi mente.

Y nos encontraremos otra vez…

Sea de muerte,

sea de amor,

sea de esperanza,

sea por lo que sea o por quién sea.

Tu compañía jamás necesito solicitar,

porque sé que sola no me dejarás.

 

 

lilaaa

 

 

 

Si la percepción de la realidad es el consciente,

y el sueño es el inconsciente hablando,

entonces el inconsciente soy yo,

rogando poder escapar del consciente…