martes, 5 de mayo de 2009

Impotencia…

Y nos encontramos otra vez,

tropiezas conmigo todo el tiempo,

¿será que yo me empeño en ponerte en mi camino?

¿será que algo me tienes que decir?

Entiendo que quieres mis ganas absorber,

el brillo en mis ojos desvanecer,

y el canto de mi voz hacer perecer.

Te apareces entre las perfumadas alas del viento.

Ya te conozco, recordando tus facciones.

Desciende ya de tu trono de oro, ¡cobarde!

Por fin veo tu color… Lo veo claramente.

El rojo: pasión del corazón, amor puro, el deseo del cuerpo…

El blanco: abismo de lo interminable, tan limpio, tan utópico, tan inalcanzable…

El azul: llovizna de lágrimas, nostalgia de la memoria, ser resquebrajado…

Tan cerca,

tanto que roza mi piel,

la convence a palabras dulces

y la penetra de raíz.

Aunque se escondan los tres en ese espiral,

aunque mis pensamientos hagan girar y girar,

¡Basta que me mareas, lila lila encristalizada!

Así caigo nauseabundamente en mi cama

que me abraza fuertemente otra vez,

acunándome en los brazos de Morfeo,

sumergiéndome nuevamente,

donde tú no me puedas alcanzar,

donde tu verbo se vuelve hacia ti,

te carcome y te ataca por la espalda.

Aquí venzo yo sobre ti…

Pero sin preocupación quédate,

con altanería pavonéate,

maldita impotencia.

Porque bien sabes,

que cuando los ojos abra,

y al sol naciente me asome,

vulnerable será mi mente.

Y nos encontraremos otra vez…

Sea de muerte,

sea de amor,

sea de esperanza,

sea por lo que sea o por quién sea.

Tu compañía jamás necesito solicitar,

porque sé que sola no me dejarás.

 

 

lilaaa

 

 

 

Si la percepción de la realidad es el consciente,

y el sueño es el inconsciente hablando,

entonces el inconsciente soy yo,

rogando poder escapar del consciente…

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