sábado, 21 de febrero de 2009

¡He triunfado naturaleza!

Ahora entiendo por qué los animales no tienen ritos tan complejos como nosotros para aparearse. Curioso haberme dado cuenta en un documental de natgeo. Al buen observador poco hay que enseñarle.
Tal vez esté en un error, si lo estoy me encantaría me corrigieran.

El macho es el colorido en los animales, el hermoso, el orgulloso. Y desde la era jurásica a la hembra es a quien hay que complacer.

Ahora, en las personas, la mujer es la que se arregla, se maquilla, escoge su colorido "plumaje" para atraer al hombre. Soberbia la naturaleza que nos ha hecho superar en número a los hombres (y aún así hay homosexuales). Pero aún así nosotras no somos quienes debemos complacer a los hombres. Y aunque hambre de amor tenemos ambos géneros, se contienen por cuestiones de ética (aunque hay sus excepciones, sobretodo bajo el efecto de bebidas con químicos de terminación OH).

Nadie, más que la evolución, tiene la culpa de que en este atestado mundo las personas no podamos tomar de la mano a quien está al lado. Entre más complejo fue nuestro pensamiento, más creció la necesidad de no regalarnos al instinto fácilmente (porque ojo, aún nos entregamos al instinto de cierta forma). No sé si fue porque el mundo se cansó de tanta gente y quiso poner barreras para que ya dejaramos de lastimarle, o simplemente porque así lo pedía a gritos nuestra necesidad de la subjetividad.

Si obra de la naturaleza fue volvernos complejos seres en este mundo, obra de la naturaleza también fue hacernos difícil encontrar alguien con quien compartir un pedacito de nosotros.
Siempre que veía parejas, a veces me conmovían, a veces me hacían añorar ese sentimiento, aveces me preguntaba que se sentiría atarse a alguien, a veces admiraba su disposición de complacer en todo al otro; pero lo que jamás dejó de pasar por mi cabeza, es lo afortunados que deberían de ser, porque en un mundo donde la naturaleza está en contra de nuestra prosperidad, ellos encontraron alguien con quien compartir un pedacito de sí mismos.


Tal vez pensaba eso porque era soltera, la soltería te hace pensar cosas estúpidas acerca del amor y el amor te hace pensar cosas estúpidas sobre la soltería. Si pudiera haber una vista objetiva del amor sabríamos cuál de los dos lados está equivocado.


Como una vez un amigo (soltero en el momento) me preguntó que para qué tener novio.

Esa pregunta me dejó pensando... Pero no por mucho tiempo, y le dije:

"Porque el mundo es una carga demasiada pesada para una sola persona"

Porque después de todo la palabra novio, sólo es eso, una palabra.
Lo que valor tiene es lo que la persona contiene.
Pues en él se contiene una pieza de tu rompecabezas, y al mismo tiempo el rompecabezas entero.
Por más que trate de explicarle a mi amigo, simplemente, no comprendió; lástima por él.


Sólo subjetividad del pensamiento humano, eso es el amor. Poderosa imaginación accionada por nosotros, gracias a la soberbia de la naturaleza.

Pero sin subjetividad, el mundo no gira, porque sólo por el hecho de ser humanos necesitamos saber que existe algo más allá de lo que percibimos. Y aún siendo el amor lo más imperceptible, es lo más real en este mundo.
Si viviésemos en la realidad, entonces estaríamos muertos (como mi amigo, que va por esos rumbos).
Por eso hoy quiero gritar con la fuerza de mis pulmones, de mi alma, de todo mi ser.

¡Mírame naturaleza!

¡Mírame bien!

Pues hoy el día me alienta a perderme en la subjetividad que me has querido negar.

¡Mírame bien, naturaleza!

¡Que hoy es el día que te pongo un espejo de frente y cambio los papeles para burlarme de tu vano intento de detenerme!

Pues ¡He triunfado!


Tal vez no pude ayer, tal vez no pueda mañana; pero



¡HOY HE TRIUNFADO NATURALEZA!






tqjnt

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