martes, 16 de diciembre de 2008

Hermosa Soledad



Hermosa soledad,
no me acompañes,
que ingrata me deja tu compañía.

Cuando me veas en desesperación ahogada
y sin escapatoria al mundo,
que rueda veloz
y aunque le ruegue no se digna parar;
entonces, sí, esconde mis lamentos
envuélvelos en tu largo y fugaz,
dulce y amargo abrazo protector.

Llévame donde sólo existes tú
y en ti vivo yo.
Donde el simple deseo me vuelve dueña de cualquier placer.

Ahí podré jugar con tu hija, la imaginación,
y juntas sumergirnos en un mar de colores, olores y sabores,
donde sobra la inspiración
y nos falta la razón.

Enturbias las horas,
cuando dentro de tu manto encuentro la oscuridad,
pero en sí es sólo reflejo de mi desdicha,
que al final modelo para cubrir de felicidad.

Ama eterna de mis pensamientos,
niñera de mis lamentos,
asesina de lo superfluo y lo real,
conciencia ambiciosa y perseverante;

todo eso y más
te haces merecer llamar,
pues contigo soledad,
mi mundo encuentra la paz.

Zoar De León


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